Al aterrizar en Nueva York sobre las cenizas de la cultura post-hippie, la veinteañera Patti Smith trastocará todos los códigos existentes: el rock'n'roll cliché, la poesía excesivamente prosaica. Durante su carrera de cincuenta años, con un solo éxito comercial, logró la hazaña de convertirse en una leyenda viva sin salir nunca de los márgenes de la sociedad. Punk de corazón.