La tormenta retumba, una cama se hunde en la noche. Mi madre, mis hermanas, mi hermano y yo compartimos historias de humanos y plantas. En los viejos tiempos, solíamos aferrarnos a los árboles para curarnos. En los viejos tiempos, solíamos arder por nuestras medicinas. Bajo los reflejos de una luna, el follaje se mueve a simple vista, las bacterias fertilizan el aire y los herbarios amenazan: llegará el día en que el mundo se pondrá patas arriba.