La traviata destaca por su enfoque realista: la historia de Violetta, en el lecho de muerte, evocando como flashback su vida de cortesana. Una exaltación a la vida y a las virtudes humanas como la generosidad, la compasión y el sacrificio por los demás, que se ven frustradas por el juicio implacable de una sociedad clasista, en la que Alfredo es el estereotipo del ardiente amante obsesivo.